David Martínez recoge algunas experiencias relativas a este tema en varios hilos de su Twitter (@armariobasket), y nos quedamos con dos de ellas: «En Noruega subí a hablar con un tipo de la federación que flipó cuando le pedí una camiseta, no entendía que viniera de España y perdiera tiempo en eso. En Malta fui también a la fede, parecía estar cerrada porque no había un alma así que me metí en la de futbol, paseé por el césped del estadio y por las oficinas hasta que me encontré a un señor qué me pregunto que quería, obviamente fui de vacío en ambos sitios».
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